martes, 23 de octubre de 2018

PEQUEÑO DETALLE

                            Aparentemente nada de excepcional en este paisaje, sino fuera por un pequeño detalle que a mi me parece muy grande y que cada vez es más difícil de encontrar. 
               Seguramente, este río habrá sido así o muy parecido durante miles de años. Pero en estos tiempos que nos toca vivir, encontrar unos pocos metros junto a un curso de agua sin rastros humanos dejados directamente en la orilla, o arrastrados por las crecidas y que quedan enganchados en la vegetación, es cada vez más raro.
                  En todo el espacio abarcado por el encuadre, que eran más de cien metros de cauce, no había ni un sólo resto de plástico. Una razón más para dedicarle una foto. Ahí queda para el recuerdo... (Clik en la imagen para verla más grande).
           
Río roca y musgo.
Río,roca y musgo (F:18,V:2s,ISO:100)

miércoles, 17 de octubre de 2018

COMO FLORES DE OTOÑO

                           De los hongos, sólo vemos la parte aérea de un organismo mucho mayor que casi siempre queda oculto; el micelio, cuyas extensas y finísimas ramificaciones pueden llegar a ocupar una gran superficie bajo el suelo o en el interior de la madera muerta.
           Llegado el momento de madurez, temperatura y humedad, empezará a desarrollarse la parte reproductora que conocemos como seta, cuyas esporas, como si fueran semillas, servirán para su propagación.
         
           Son muchas las formas que adoptan las partes reproductoras de estos organismos. Esta especie de hongo xilófago, por su color y su  estructura en forma de pétalos, siempre me ha parecido como una extraña flor adornando la desolada madera muerta en los húmedos y fríos días de finales del otoño. (Clik en la imagen para verla más grande).
         
Hongo xilófago
Hongo xilófago y hojas de haya (F:14,V:6s,ISO:100)

miércoles, 10 de octubre de 2018

ÁGUILA CULEBRERA

                                   No hay animal que no me parezca interesante y, a diferencia de lo que suele pasarme con los humanos, el resto, me lo parecen más cuanto más los conozco.
           En el caso del águila culebrera esto es más si cabe, por muchas razones.
           Esta gran rapaz de hasta 188 cm. de envergadura, es la única ave de Europa, que se alimenta casi exclusivamente de reptiles, principalmente serpientes.
           Uno de los muchos recuerdos imborrables que tengo de esta especie, es que  fue la primera rapaz que vi a través de unos prismáticos. Cuando estrenaba los primeros que tuve a la edad de 11 años. Me pasó tan cerca, que pude apreciar hasta el más mínimo detalle; el pico, los ojos,  y hasta las grandes escamas de sus patas que las protegen relativamente de los colmillos de las víboras.
           Desde entonces han sido muchas las horas que he pasado observándolas en sus vuelos cernidos de caza. Y aún hoy, sigo asombrándome, cuando las veo descender en picado, a veces desde 200 o 300 metros de altura y, capturar una pequeña culebra del mismo color que la vegetación entre la que se escondía. ¿Cómo ha podido verla desde esa altura?.
          La ciencia te dice que la agudeza de su vista es equivalente a la nuestra utilizando unos prismáticos de 8 o 10 aumentos.
          Para mi, de ninguna manera por sí solo, eso explica la capacidad visual de estas aves. Dudo que nadie pudiera distinguir una víbora, entre las rocas de su mismo color, ni con el doble de aumentos y a la mitad de distancia.
          La serpiente que lleva en el pico es una gran víbora que aún se movía en ese momento, aunque cerebralmente ya estuviese muerta, porque este águila les machaca la cabeza con el pico, o incluso llega a arrancársela, sobre todo si se trata de especies venenosas, antes de tragar la mayor parte de su cuerpo para transportarlas. (Clik en la imagen para verla más grande).
         
Águila culebrera (Circaetus gallicus)
Águila culebrera (Circaetus gallicus)(F:7.1, V:1/500,ISO:200)

jueves, 4 de octubre de 2018

ETÉREA

                              Por muchas veces repetidos y nunca lo son de la misma forma, por lo tanto siempre son únicos. Nunca dejan de asombrarme los encuentros con los seres que habitan la naturaleza.
            Y lejos de disminuir ese asombro con el tiempo, en mí crece cada día con  la simple contemplación de tanta perfección.
            Si a eso, le sumas los datos sobre su historia evolutiva; el asombro, sea cual sea la especie de la que se trate, sólo puede aumentar.
            En el caso de las libélulas, basta con saber que esa  aparente fragilidad casi etérea, es tan perfecta en su funcionamiento, que la evolución no ha podido mejorarla, como demuestran los registros fósiles, desde hace 250 millones de años. Sobran las palabras . (Clik en la imagen para verla más grande).

Libélula
Libélula (F:4,V:1/500,ISO:200)