Como casi siempre en el monte y más si cabe en esa época del año, cuando las hojas cambian de color y el bosque parece tener luz propia, no fue fácil aquel día dar con un encuadre que le hiciera justicia.
Encontré este, que en cierta medida contenía bastante de todo aquello que se percibía alrededor y que la cámara nunca es capaz de captar. (Clik en la imagen para verla más grande).
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