Entre otras, es esta una de las razones por las que no suelo aprovechar las oportunidades fotográficas que ofrecen esos espacios seminaturales creados en la periferia de la ciudad, que acogen a especies silvestres y a otras que no lo son tanto y que coexisten allí en eso que ha dado en llamarse: semi libertad. Término este tan absurdo como contradictorio, porque si es libertad, no puede ser semi y si es semi, no es libertad.
Este día, hice una excepción y decidí ir a fotografiar los ciervos de Salburúa a una hora en la que supuse que la mezcla humano-natural, por las proporciones, no se me haría tan insoportable.
Tremendo error de cálculo. Y allí me vi, entre un camino y una valla metálica. Delante los ciervos en una actitud tranquila y apacible, dedicados a sus cosas de ciervos. Y a mi espalda, a 3 metros, un incesante trasiego de personas que ya fueran caminando o directamente corriendo, todos parecían llegar tarde a algo muy importante que estuviera sucediendo en cualquier otra parte....
20 minutos y unas pocas imágenes en una experiencia fotográfica difícil de calificar.... Cualquier cosa menos agradable, desde este lado de una valla separando dos formas diferentes de semilibertad.
Ciervo rojo (Cervus elaphus) (F:7.1,V:1/30s,ISO:200) |