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viernes, 13 de junio de 2025

EL RASTRO DEL OTOÑO

                                             Había sido un otoño largo, soleado, apacible, en el que los hayedos por la ausencia de heladas tempranas y fuertes vientos del Sur Oeste en otro tiempo característicos de esa estación,  habían podido lucir por más tiempo en sus ramas la transición de color del verde al amarillo y finalmente a todos los ocres posibles. 

                       Una semana de cielo gris y fuertes lluvias, dieron al monte el aspecto propio del invierno, con una luz tenue y difusa y, el suelo cubierto de indicios de que por allí había pasado un gran otoño.(Clik en la imagen para verla más grande)

Río y rastro del otoño (F:20,V:1,6s,ISO:100)

viernes, 14 de febrero de 2025

¿CUANTAS LUNAS?

                                              Muchas de las civilizaciones antiguas, medían en lunas el paso del tiempo. Para ellos ni siquiera un día era una fracción de tiempo relevante, porque todo a su alrededor seguía un ritmo lento y natural: ciclos lunares, estaciones, alineaciones estelares..

 Hoy ya nada de aquello tiene sentido, cuando cada minuto parece tener una importancia vital para el simio que cree haber ultimado su dominio del planeta. Tan inteligente él, que incluso se enorgullece de su esclavitud portando amarrados a su cuerpo aparatos que le dictan al segundo, la centésima o la milésima, el ritmo frenético al que debe vivir. Siendo el tamaño de su cronómetro directamente proporcional a su grado de sometimiento a algo en realdad tan relativo como lo es; el tiempo.

                    En aquella mañana de verano con esa luna ocultándose inmutable tras un bosque de hayas, como casi todos los de esta especie ahora mismo; agonizante. La mejor opción no, la única, fue la contemplación lo más sin mente posible, de aquel instante efímero. (Clik en la imagen para verla más grande)

Hayedo muriendo y luna (F:7.1, V:1/60s,ISO:100)

jueves, 21 de noviembre de 2024

ARCE, PINOS, OTOÑO Y ZOOMING

                                     Pues eso, un día espléndido de otoño en un bosque de pinos. Entre ellos un arce solitario con sus hojas ya amarillas, atravesadas por la luz cálida del atardecer. Y como casi siempre, la imposibilidad de de condensar todo aquello en una sola imagen que se aproxime un poco a la percepción siempre subjetiva que uno tiene de lo que está viendo.

                  Varios intentos girando el zoom del objetivo durante la exposición. Y este fue el resultado más parecido a la percepción. (Clik en la imagen para verla más grande)

Arce, pinos y otoño (F:14,V:1/0,4s,ISO:100)

miércoles, 4 de septiembre de 2024

BOSQUE NEBULOSO

                               En una naturaleza ya muy transitada, manoseada, explotada y ultrajada, cada vez se hace más difícil encontrar rincones en los que en determinadas y efímeras circunstancias, por un momento se pudiera intuir como era todo antes de su domesticación. (Clik en la imagen para verla más grande) 

Bosque mixto y niebla (F:8,V:1/125,ISO:100)

martes, 23 de abril de 2024

SINGULARIDAD

                                 A lo largo del tiempo, he podido comprobar que al igual que cada persona, cualquier otro ser vivo es único e irrepetible. De entre las plantas, quizá en los grandes árboles es donde esta singularidad se hace más fácilmente observable.

                   Este pequeño grupo de hayas, por alguna pequeña peculiaridad genética, cada año en primavera son las primeras en hacer brotar sus frágiles y traslúcidas hojas, incluso a riesgo de que alguna helada tardía acabe con ellas. Y de la misma manera, al final del verano, cuando el resto de árboles del bosque a su alrededor se conservan aún perfectamente verdes, las hojas de estas ya están amarillas, siendo el preludio del otoño inminente. (Clik en la imagen para verla más grande)

Hayas en transición de color (F:8,V:1/60s, ISO:100)

domingo, 31 de diciembre de 2023

EL INVIERNO OLVIDADO

                     Un viejo bosque de hayas y acebos recién cubierto por la nieve. Y una niebla que con la temperatura bajo cero se escarchaba sobre las ramas. Aquel día, el invierno fué como lo recordaba.

                 Una vez más, te deseo lo mejor para el próximo año: Salud y Consciencia.

                                            (Clik en la imagen para verla más grande)

Hayedo, acebos e invierno (F:10,V:1/30s,ISO:100)

miércoles, 7 de septiembre de 2022

EL FLUIR INFINITO

                             Estamos acostumbrados a ver continuamente y en toda clase de dispositivos, tantas imágenes de paisajes grandiosos y exóticos, que ya todo parece poco y, uno corre el riesgo de acabar haciéndose inmune a belleza natural cercana y discreta.
             Tanto como la primera vez que los vi, a mi me siguen fascinando esos pequeños lugares, que incluso aunque en sus proximidades la naturaleza aparezca cada día más ultrajada por la acción del hombre, ellos, en unos pocos metros cuadrados aún resisten y, siguen conteniendo en si mismos algo difícil de expresar con palabras, que se corresponde con el concepto ideal que tengo de belleza natural inalterada.

             Siempre en este lugar, inevitablemente la mente acaba yéndose a pensar en las pocas posibilidades que había, cuando esa gran haya  hoy centenaria, era una pequeña brizna recién salida de la semilla, de que las riadas no la arrastraran, o de que no la pisara o se la comiera algún animal herbívoro.
             Han transcurrido siglos desde entonces y, aunque inclinada, como no queriendo perderse ni un sólo detalle del infinito fluir del río, no se sabe por cuanto tiempo más, pero aún sigue allí aferrándose a la orilla. (Clik en la imagen para verla más grande) (Incluida en: https://vimeo.com/489030942).
           
Río y bosque de hayas (F:16,V:1,3s,ISO100)

domingo, 30 de enero de 2022

REGALO CREPUSCULAR

                                  No recuerdo ningún día que haya pasado en la naturaleza, sin que llegado el momento de regresar, no haya tenido la sensación, de que algún pequeño o gran secreto me hubiera sido revelado. Eso se añade a todo lo demás difícil de expresar, que uno recibe cuando se está allí donde todo es perfecto.

               Eso cualquier día. Pero hay algunos otros como este, en los que por si no fuera suficiente ella te hace un gran regalo de despedida. Y si no estás acostumbrado a esa grandiosidad, puedes acabar boquiabierto y llevándote las manos a la cabeza...(Solo para intelectuales :) ). (Clik en la imagen para verla más grande) (Incluida en: https://vimeo.com/489030942 )

               

Cielo crepuscular (F:7.1,V:1/320s,ISO:200)

sábado, 11 de diciembre de 2021

EJEMPO DE DIGNIDAD

                                

                        En mi opinión, por su forma de estar en el mundo, hay en los árboles muchas cosas dignas de ser consideradas ejemplares. 

                Inmóviles, pero dejándose mecer por el viento.

                Estoicos, aceptando  calladamente todas las inclemencias.

                Acogedores, dando alimento y cobijo entre sus ramas y, con los años también en los huecos de su tronco a multitud de otros seres. 

               Y cuando la sabia deja de ascender por ellos y lentamente mueren, sus cuerpos desnudos aún pueden permanecer años en pie, casi como el ejemplo máximo de dignidad.

               En un día de primavera, la imagen de este viejo roble muerto rodeado por un bosque que empezaba a despertar cubriendo sus ramas verde, resultaba casi conmovedora. (Clik en la imagen para verla más grande) (Incluida en: https://vimeo.com/489030942 )

Viejo roble muerto (F:2.8,V:1/500s,ISO:100)

miércoles, 28 de julio de 2021

" LOS PILARES DE LA TIERRA "

                             Creo recordar que hace tiempo en una entrevista a Ken Follet, le preguntaban  el porqué de ese título de su libro superventas.

                 Decía que en la edad media una de las razones para construir  catedrales era, que la casi integrista creencia religiosa católica les hacía pensar que ellas, de alguna manera soportaban el peso del cielo, para evitar que su ira en forma de catástrofes callera sobre los humanos. O lago así.

                 Fotografiando estos pinos esbeltos y altos como catedrales góticas, era inevitable no verlos más allá de consideraciones estéticas, como lo que son: pilares fundamentales de una naturaleza, que cada vez más a duras penas, consigue evitar el desastre seguramente ya inexorable, que se cierne sobre nosotros. (Clik en la imagen para verla más grande)              


Pinos convergentes (F:11,V:1/60s,ISO:200)

lunes, 17 de mayo de 2021

EL PAISAJE MÁS EFÍMERO

                                Creo que en fotografía de naturaleza, no están lo bastante consideradas las imágenes que sólo muestran el cielo sin ninguna referencia terrestre. Quizá sea así, porque la mente necesite algo sólido o líquido a lo que asirse, que le dé un poco más de certidumbre que lo simplemente etéreo.

                   Es bastante paradójico que siendo muy reacio a los cambios, me gusten tanto esos mundos que empiezan donde acaba el horizonte sólido. Tan efímeros, que cambian a cada instante. Pero que no por intangibles dejan de ser paisajes grandiosos e irrepetibles. Y que en términos absolutos de tiempo, son sólo un poco más impermanentes que las montañas, las estrellas o las galaxias.

                    Después de mucho calor, ese día sólo podía acabar así. Cuando ese extraño silencio que precede a las grandes tormentas se adueñó del bosque, busqué un lugar prominente junto a una cuevecilla, desde el que contemplar y fotografiar uno de los mayores espectáculos que se dan en este planeta: rayos, truenos, olor a geosmina (Streptomyces coelicolor), nubes oscuras grandes como montañas sitiando al azul hasta hacerlo desaparecer. Y entonces  todo se volvió de un profundo gris.

                  Pero unos segundos después y, justo antes de que empezara el diluvio, como formando parte de una escenografía perfectamente premeditada, un resquicio de luz que duró un instante, fue como el recordatorio de que por oscuras que fueran las nubes, por encima de ellas siempre sigue brillando el sol. (Clik en la imagen para verla más grande). Parte de: https://vimeo.com/489030942   

Cielo de tormenta (F:10,V:1/200s,ISO:100)

lunes, 3 de mayo de 2021

El DORADO

                                  No sabría decir exactamente porqué son los meses de otoño los que más me gustan del año.  

                    Más allá de lo fotogénico que pueda ser ese momento por los colores que cubren el bosque. Y lo agradable de las temperaturas en medio de los extremos del verano y el invierno. Quizá sea, por lo que ese tiempo tiene de conclusión, adormecimiento y epílogo. 

          Si, son tristes, pero hay tanta belleza en las despedidas.

          Ese día, la efímera variedad de tonos amarillos, ocres y dorados, hacía relucir al bosque como el tesoro de valor incalculable que es.  (Clik en la imagen para verla más grande) . Parte de                     de: https://vimeo.com/489030942 

Bosque y otoño (F:11,V1/125s,ISO:100)

domingo, 31 de enero de 2021

DE UN TIEMPO SIN NOMBRES

                                      Hace tiempo me refería aquí, a la necesidad que tiene la especie humana de ponerle nombre a todas las cosas y seres. Seguramente desde siempre esto le ha dado una falsa sensación de comprensión y de certidumbre o quizá de posesión, sobre todo lo que existe: https://fermincastellano.blogspot.com/2017/07/flor-blanca-triple-sin-nombre.html

                   A medida que esa sensación se va haciendo más hegemónica y absoluta, la tendencia a nombrar, se va exacerbando hasta llegar a lo grotesco.

                  Hubo un tiempo en el que nada tenia nombre. Entonces la relación era directa con la realidad.

                  Después, el surgimiento del lenguaje rudimentario, que empezó poniendo nombre a lo esencial y prioritario, inició el cambio a una relación menos directa y real y más conceptual (por lo tanto irreal), con el entorno natural.

                  Y hoy es el día, en el que ya ni siquiera es suficiente el término "Ola de frío", sino que además es necesario añadirle un nombre propio, para referirse a lo que desde siempre se ha llamado; invierno .


                  Después de la larga caminata por la nieve para llegar hasta allí, casi se agradecían los -5ºC. Pero transcurrido lo que a mi me pareció un rato. De pronto notas que los dedos de las manos ya no responden para accionar los controles de la cámara, y los de los pies parecen no existir. Miras el reloj y han pasado dos horas y media desde que llegaste !!!. 

                 Y te marchas con la certeza de que sí; el tiempo es relativo... (Clik en la imagen para verla más grande)

Carámbanos (F:9,V:1/5s,ISO:100)

jueves, 31 de diciembre de 2020

LO INCOMPRENSIBLE

                               En fotografía, es importante la composición. Que viene a ser, la forma en que están distribuidos los elementos dentro del encuadre, para que el resultado sintonice con lo que la mente humana percibe como agradable o armónico.

                Algo así como, intentar dar un sentido  puramente mental, a algo que ya lo tiene en sí mismo más allá de cualquier apreciación subjetiva. 

               Esto es más absurdo si cabe aplicado a la fotografía de naturaleza, ya que ahí, mires donde mires, todo es perfecto y, en ella la  armonía está presente incluso en el aparente caos. 

               Pero la mente humana, con su característica querencia por lo absurdo (eso debe ser por afinidad) nunca se resigna a dejar de buscar inutilmente en la Forma, la manera de comprender lo incomprensible.

              Por eso ese día, mientras me afanaba en encontrar el ángulo de encuadre perfecto para condensar todo aquello en una imagen, pensaba en qué opinaría de ello cualquier otro animalillo que me estuviera viendo... Por suerte, ellos no juzgan.

               Aquel frío día una buena capa de nieve lo cubría todo. Y por encima del suelo la niebla extendía y difuminaba el blanco en vertical hasta posarse congelada en las ramas.

               Todo esto en un silencio absoluto, hacía que el bosque pareciera más que nunca, un lugar irreal. (Clik que en la imagen para verla más grande).

               Una vez más, en el año que va a empezar, como siempre o quizá más que nunca, deseo para ti y los tuyos lo mejor que se puede desear : Salud y Consciencia. 

https://www.youtube.com/watch?v=N3g7zMCuGLo

Hayedo, nieve, hielo y niebla (F:9,V:1/20s,ISO:200)

domingo, 22 de noviembre de 2020

OTOÑOS

                                 En plural, porque cada uno de ellos es tan único e irrepetible como cualquier ser vivo.

             Unos años a las hayas les toca producir semillas (uno de cada nueve aproximadamente) y sus hojas enseguida se ponen marrones sin pasar por el esplendor de los amarillos y rojos.

             Otras veces, los fuertes vientos del Oeste llegan prematuramente arrebatándolas de las ramas casi en el mismo instante en que cambian de color.

             Hace años, con mucha frecuencia las heladas tempranas a primeros de Octubre desnudaban el bosque casi de un día para otro.

             Pero muy de vez en cuando, el otoño va llegando tan lentamente, que da tiempo a que el proceso de deterioro de la clorofila cubra el bosque de tonos dorados.


             Aquel otoño, como pocos otros que recuerde, se dieron todas las condiciones favorables. Y sólo hubo que esperar el momento oportuno. (Clik en la imagen para verla más grande).

Haya dorada (F8,V:1/4s,ISO:100)

lunes, 3 de agosto de 2020

PAISAJE ÍNTIMO

                                         A estas alturas del avance tecnológico y la proliferación masiva de medios para captar y compartir contenidos, seguramente quedan ya pocos paisajes grandiosos sin fotografiar. Y es fácil imaginar cual fue la sensación de quienes los vieron y fotografiaron por primera vez.
                 Pero si como en mi caso, aprecias y valoras esa cualidad de la naturaleza que tiene que ver con lo íntimo, inadvertido y "secreto", aún pueden encontrarse pequeños rincones a salvo (quien sabe por cuanto tiempo) del nefasto efecto que el uso de las redes  sociales está teniendo sobre el medio natural.

                 En los últimos días del invierno, alejada de cualquier ruta, con el suelo ya tapizado de prímulas, en un oscuro bosque de cuento. Esta pequeña cascada cubierta de musgo, con su sonido que a ratos se mezclaba con la voz de un zorzal que cantaba en un árbol cercano, en su aparente "insignificancia",  para mi, condensaba toda la esencia de lo natural. (Clik en la imagen para verla más grande).

Pequeña cascada
Pequeña cascada (F:7.1,V:1/13s,ISO:100)

viernes, 29 de mayo de 2020

EL BOSQUE ACOGEDOR

                                     En invierno, cuando la temperatura es baja durante todo el día en los bosques  orientados al norte, el propio instinto natural le lleva a uno a las soleadas y más cálidas laderas sur.
              Pero en los días de verano, cuando en las horas centrales del día el calor es más intenso, las densas sombras de los viejos bosques de hayas, son como un oasis de frescor.

             Si además como en este rincón se añade el murmullo de un arroyo fluyendo, diría que pocos lugares podrían ser más acogedores. (Clik en la imagen para verla más grande)
                     
Bosque de hayas y arroyo
Hayedo y arroyo (F:16,V:3.2s,ISO:100)

viernes, 10 de abril de 2020

"INEXPLORADO"

                                    Seguramente hay tantas formas de aproximación mental al concepto de perfección, como seres humanos habitan el planeta. Para mi la naturaleza perfecta sería la que nunca ha sido alterada, e incluso más allá de eso; la que nunca antes haya sido vista por un ser humano.
                Por lo tanto,  mi concepto de naturaleza perfecta en este planeta probablemente ya no existe. Y de existir, está en pequeños rincones remotos e inadvertidos.
                Consciente de eso, cuando se encuentra un lugar que se presta a ello, sólo queda la posibilidad de jugar a imaginar que se está ante lo inexplorado.

                 Hacía mucho tiempo que quería explorar este pequeño río que discurre por el fondo de un  barranco profundo y estrecho, lo bastante "inaccesible" y alejado de cualquier ruta humana, como para mantener condiciones que aún podían recordar a las que quizá tuvo cuando los humanos aún eran escasos e inofensivos para el planeta y para sí mismos.
                 Aquel caluroso día de verano me pareció que se daban las condiciones óptimas de temperatura, para la pequeña aventura de ir a recorrerlo por dentro del cauce superando los obstáculos de vegetación, pozas y cascadas tan frecuentes en este tipo de ríos.
                 Como siempre cuando estás absorto en algo que no deja de sorprenderte a cada paso, las horas pasaron como minutos y sin darme cuenta, el sol se había ocultado ya. Y aunque todo aconsejaba  regresar para no tener que hacerlo de noche, era más fuerte la curiosidad de ver que nueva maravilla deparaba el siguiente recodo y, luego el siguiente y así en una sucesión que parecía no tener fin.
                  Así hasta que llegué a este lugar, en el que sentí que la exploración había terminado, porque difícilmente podría encontrar algo que expresara mejor el alma de aquel pequeño río: verde, luz, sombras y en la frontera entre ambas, aquel árbol precariamente inclinado sobre el agua, como una alegoría de lo impermanente. (Cuando volví un año después, el árbol había sido arrastrado por una crecida y el lugar no parecía el mismo; en realidad ya no lo era...) (Clik en la imagen para verla más grande)
               
Cascada
Pequeña cascada (F:13,V:1/13s,ISO:100)

viernes, 6 de marzo de 2020

EL MISTERIO INDESCRIPTIBLE

                        En ningún otro entorno forestal puedo percibir tan claramente la sensación de estar en un lugar secreto, como en un bosque de hayas.
               Eso es así en cualquier época del año, pero en otoño, cuando la luz siempre escasa dentro de él, se vuelve dorada al atravesar las hojas de color ocre, el efecto es casi mágico.
               Si a eso se suma la niebla difuminándolo todo y acentuando la atmósfera de intimidad y misterio, el resultado es simplemente; indescriptible. (Clik en la imagen para verla más grande).

Hayedo, otoño y niebla
Bosque de hayas, otoño y niebla (F:9,V:1/0,8s,ISO:200)

jueves, 30 de enero de 2020

BELLEZA Y VERDAD

                           Da igual el número de veces que lo hayas visto, porque siempre parece la primera y la última. En realidad lo es las dos cosas.
               El despertar del bosque al final del invierno, es algo de tal magnitud, que resulta imposible de describir con palabras. Ahí es donde se supone que una imagen, que vale más que mil de ellas, tendría que ser suficiente. Pero tampoco, porque siempre quedan fuera el olor, los sonidos, la incipiente calidez del aire...
               En cuanto a lo visual, puedes pasarte horas buscando el encuadre que contenga todo aquello, pero siempre es inútil el propósito de atrapar en la parcialidad de un pequeño rectángulo, lo inconmensurable.
               Ante la imposibilidad, de meter todo aquello ni en una ni en mil fotos, me tiré al suelo para incluir y darles a esos jacintos estrellados el protagonismo que merecían, aunque fuera desenfocados.
               En cuanto a los efectos secundarios de estar repetidamente expuesto a semejantes dosis de algo así, el principal de ellos es, que quedas incapacitado de por vida para aceptar como BELLEZA o VERDAD, sucedáneos del ámbito circense (dicho esto con todo el respeto por el "mayor espectgáculo del mundo").  (Clik en la imagen para verla más grande).

Hayedo en primavera
Hayedo y jacintos en primavera (F:5.6,V:1/125s,ISO:100)