sábado, 28 de marzo de 2020

PEQUEÑO SOL

                              En los primeros días de la primavera, en lugares muy húmedos y protegidos del viento, aparecen las hojas acorazonadas de esta especie de ranúnculo (Ficaria verna). Semanas después las flores se abrirán paso entre ellas para alcanzar la luz, siempre escasa en los umbríos lugares que eligen para crecer.
           
               Hacía tiempo que no visitaba este rincón "secreto". Y fué una agradable sorpresa ver que los ranúnculos que en ese lugar hace unos años ya eran relativamente abundantes, ahora en unos doscientos metros cuadrados de aquel pequeño valle, cubrían el suelo por completo. Tanto que tuve que aprovechar pequeños huecos entre ellos para poner los pies sin pisarlos.
               En algunas zonas, sus flores eran casi tan abundantes como las propias hojas. Pero esta me llamó la atención creciendo así, sola lejos de las demás, como un pequeño y cálido sol en aquel laberinto de verdor. (Clik en la imagen para verla más grande).
           
Ranúnculo (Ficaria verna)(F:18,V:8s,ISO:100)

domingo, 22 de marzo de 2020

EL MOMENTO DEL ÁGUILA

                                     El águila calzada (Hieraaetus pennatus), de contrastado plumaje blanco y negro, con un una envergadura de 130 cm, es la más pequeña de las águilas europeas.
                  Este ave rapaz, vuelve a aparece sobre nuestros bosques y campos en los primeros días de la primavera procedente de sus zonas de invernada en países subsaharianos: Mali, Mauritania, Nigeria...
                  Enseguida comienzan a reparar su nido del año anterior, o a construir uno nuevo en el mismo territorio y a sobrevolar el monte a gran altura para lanzarse en vertiginosos picados sobre sus presas, que suelen ser aves de pequeño y mediano tamaño, lagartos y pequeños mamíferos.
                  Si hay una rapaz además de buitres que pueda ser vista sobre cualquier calle de la ciudad, (y me refiero a Vitoria) es esta. Mientras los viandantes llenan las calles ocupados en sus quehaceres terrestres, a tan sólo unos metros sobre sus cabezas, en los tejados se escenifica  a diario el drama de la lucha por la supervivencia.
                  No han sido pocas las veces que he visto a estas águilas que nidifican en los bosques que rodean la ciudad, adentrarse sobre las casas a gran altura aprovechando los momentos más tranquilos del día, en las horas de comer o en fin de semana, para lanzarse en picado sobre estorninos, gorriones, urracas o palomas, en tejados y parques de la ciudad.
                   La reclusión obligada de los humanos en estas semanas, que para las aves urbanitas supone una enorme disminución de recursos, ya que buena parte de ellas se alimentan de nuestras sobras, Para las águilas calzadas se convierte en el maná que pone a su disposición, un artificial pero productivo cazadero donde abundan potenciales presas.
                  Normalmente el inicio de un picado de caza tiene lugar a cientos de metros de altura, muchas veces a más de un kilómetro en vertical, donde el ave llega a ser difícilmente visible y después la velocidad es tan alta que no es fácil fotografiarla.
                  Muchas veces he observado a estas aves en sus vuelos de caza en el monte. Con el tiempo acabas intuyendo como van a reaccionar y lo que está a punto de suceder sólo por pequeños cambios en su actitud en vuelo. Por eso cuando aquel día vi esta a una distancia aceptable, acelerando su vuelo horizontal de aproximación, enseguida dejé los prismáticos y cogí la cámara justo en el momento en que cerraba sus alas para convertirse en un meteoro dirigido al suelo.
                  Por cierto, como sucede la mayor parte de las veces; falló. Y un mirlo pudo vivir otro día. (Clik en la imagen para verla más grande)
               
Águila calzada volando en picado
Águila calzada (Hieraaetus pennatus) en vuelo de caza (F:7.1,V:1/1250s, ISO:200)

viernes, 13 de marzo de 2020

ARACNOFILIA

                                   Fobia, es un temor intenso e irracional de carácter enfermizo.
                     Hace tan sólo unas pocas décadas, cuando la mayor parte de la población era rural y necesariamente tenía que convivir con toda clase de otras especies, hubiera sido impensable que alguien entrara en pánico por tener cerca a un insecto, un roedor, un reptil o lo que fuera. Ahora, cada vez es mayor el número de personas para las que algo así, supondría como mínimo un ataque de histeria.
                   Es muy significativo, como a medida que la especie humana se aleja de la naturaleza, ese tipo de anomalía mental y otras muchas, inadvertidas por lo generalizadas, proliferan de forma exponencial.

                   Este día estaba fotografiando insectos a cierta distancia de dos personas que reparaban los postes de una alambrada, cuando por sus voces y lenguaje corporal se diría que acababan de desenterrar al mismísimo Alien...
                   "Mátala que eso tiene que ser venenoso" le decía uno al otro, mientras los dos se apartaban de algo que había en el suelo.
                   Contrariamente a mi tendencia natural :) fui hacia allí, pensando que se trataría de algún reptil. Pero no, era esta gran hembra de araña lobo (Lycosa tarantula), la tarántula europea.
                  Les dije, que a pesar de su tamaño y aspecto ese era un animal inofensivo, como cualquier otro. "Pero como va a ser inofensivo con esos colmillos que tiene" me dijo uno de ellos.
                 Fue igual que les explicara que esos quelíceros no eran para hacer daño a las personas, sino para cazar a los insectos de los que se alimenta, porque sus caras seguían indicando que para ellos aquel "bicho" era un candidato perfecto a ser aplastado. Por eso me agaché y la hice subir a mi mano, esperando que eso fuera lo bastante convincente.
                 No lo fue, porque se miraron como diciendo "este está muy zumbao...". Así que me despedí y nos marchamos así cogiditos de la mano, para dejarla en un lugar más seguro, no sin antes hacerle esta foto que nunca pensé publicar, porque no me gusta mostrar imágenes con elementos humanos (este tampoco lo es demasiado :) ), pero lo hago por si ayuda a cambiar la injustificada imagen que se tiene de estos seres. (Clik en la imagen para verla más grande).
             
Hembra de araña lobo, tarántula europea (Lycosa tarantula)
Tarántula europea (Lycosa tarantula) (F:11,V:1/160s,ISO:200)

viernes, 6 de marzo de 2020

EL MISTERIO INDESCRIPTIBLE

                        En ningún otro entorno forestal puedo percibir tan claramente la sensación de estar en un lugar secreto, como en un bosque de hayas.
               Eso es así en cualquier época del año, pero en otoño, cuando la luz siempre escasa dentro de él, se vuelve dorada al atravesar las hojas de color ocre, el efecto es casi mágico.
               Si a eso se suma la niebla difuminándolo todo y acentuando la atmósfera de intimidad y misterio, el resultado es simplemente; indescriptible. (Clik en la imagen para verla más grande).

Hayedo, otoño y niebla
Bosque de hayas, otoño y niebla (F:9,V:1/0,8s,ISO:200)