lunes, 17 de agosto de 2020

LA PESADILLA DE UNA MOSCA

                                  La ciencia neurológica seguramente dirá que las moscas por su reducida capacidad cerebral no pueden tener pesadillas, (si es que eso son todo ventajas...), pero es imposible saberlo. Si las tienen, seguro que en muchas de ellas este otro insecto es el protagonista.
                 El (ojito al nombre...) Asilus cabroniformis, es un díptero de hasta tres centímetros de longitud, especializado en la caza de otros insectos en vuelo, principalmente moscas.
Otros insectos cazadores como las libélulas, atrapan a sus presas en y desde el aire. Pero el Asilus, consigue alcanzarlas partiendo siempre desde un posadero en el suelo, una piedra o una rama.
                 Para ello, necesita un enorme poder aceleración que en poco más de un segundo le lleva desde cero, a alcanzar una velocidad muy superior a la de cualquier insecto que pase volando frente a él.
                 Sus enormes músculos de vuelo alojados en esa especie de joroba, dan idea de la exigencia física de semejante proeza.
                 Cuando la presa es alcanzada, esas largas patas erizadas de pelos sensitivos y uñas curvadas como las de un ave rapaz, se cierran alrededor de ella como una red, que la atrapan y después la presionan contra ese estilete de la parte frontal de su cabeza, donde quedará clavada, mientras sus fluidos internos son succionados.

                Nunca antes había visto uno. Lo descubrí por el sonido. El fuerte zumbido de sus alas al despegar es diferente al de cualquier otro insecto. Y aunque después de acelerado es casi imposible seguirlo con la vista, por el sonido supe que interceptaba algo en el aire y se posaba cerca.
                Un rato de observación, me permitió saber que ese reseco excremento de caballo era su posadero favorito. Ya sólo quedaba intentar un buen acercamiento.
                Y este es el resultado de aquella calurosa espera tumbado en un prado, rodeado de moscas, estiércol y caballos. (Clik en la imagen para verla más grande)

Asilus cabronifromis (F:10, V:1780s,ISO:200)

lunes, 3 de agosto de 2020

PAISAJE ÍNTIMO

                                         A estas alturas del avance tecnológico y la proliferación masiva de medios para captar y compartir contenidos, seguramente quedan ya pocos paisajes grandiosos sin fotografiar. Y es fácil imaginar cual fue la sensación de quienes los vieron y fotografiaron por primera vez.
                 Pero si como en mi caso, aprecias y valoras esa cualidad de la naturaleza que tiene que ver con lo íntimo, inadvertido y "secreto", aún pueden encontrarse pequeños rincones a salvo (quien sabe por cuanto tiempo) del nefasto efecto que el uso de las redes  sociales está teniendo sobre el medio natural.

                 En los últimos días del invierno, alejada de cualquier ruta, con el suelo ya tapizado de prímulas, en un oscuro bosque de cuento. Esta pequeña cascada cubierta de musgo, con su sonido que a ratos se mezclaba con la voz de un zorzal que cantaba en un árbol cercano, en su aparente "insignificancia",  para mi, condensaba toda la esencia de lo natural. (Clik en la imagen para verla más grande).

Pequeña cascada
Pequeña cascada (F:7.1,V:1/13s,ISO:100)