El (ojito al nombre...) Asilus cabroniformis, es un díptero de hasta tres centímetros de longitud, especializado en la caza de otros insectos en vuelo, principalmente moscas.
Otros insectos cazadores como las libélulas, atrapan a sus presas en y desde el aire. Pero el Asilus, consigue alcanzarlas partiendo siempre desde un posadero en el suelo, una piedra o una rama.
Para ello, necesita un enorme poder aceleración que en poco más de un segundo le lleva desde cero, a alcanzar una velocidad muy superior a la de cualquier insecto que pase volando frente a él.
Sus enormes músculos de vuelo alojados en esa especie de joroba, dan idea de la exigencia física de semejante proeza.
Cuando la presa es alcanzada, esas largas patas erizadas de pelos sensitivos y uñas curvadas como las de un ave rapaz, se cierran alrededor de ella como una red, que la atrapan y después la presionan contra ese estilete de la parte frontal de su cabeza, donde quedará clavada, mientras sus fluidos internos son succionados.
Nunca antes había visto uno. Lo descubrí por el sonido. El fuerte zumbido de sus alas al despegar es diferente al de cualquier otro insecto. Y aunque después de acelerado es casi imposible seguirlo con la vista, por el sonido supe que interceptaba algo en el aire y se posaba cerca.
Un rato de observación, me permitió saber que ese reseco excremento de caballo era su posadero favorito. Ya sólo quedaba intentar un buen acercamiento.
Y este es el resultado de aquella calurosa espera tumbado en un prado, rodeado de moscas, estiércol y caballos. (Clik en la imagen para verla más grande)
Asilus cabronifromis (F:10, V:1780s,ISO:200) |
Desde luego que está bien cachas. Me recuerda al bogavante de Bob Esponja.
ResponderEliminarBromas aparte, una de las cosas que mas me gustan de los invertebrados es su tamaño,
afortunadamente.
La historia de esta entrada me gusta por la capacidad de aguardo que relatas para
premiarte con una instantánea genial.
Saludos.
Si. Todo en su anatomía parecía hecho para la velocidad y la caza.
ResponderEliminarEn realidad no soy muy paciente. Pero como bien sabes, cuando se trata de fotografía de naturaleza, no hay otra manera. Así que casi siempre toca ejercitar la paciencia, esperar. Y a veces se tienen resultados.
Hay parecen monstruos diminutos
ResponderEliminarabrazo desde el silencio de la Bella Miami