Esa tarde de otoño el cielo estaba tan despejado, que la luz por lo abundante era buena para intentar detener el movimiento de las alas de las veloces aves acuáticas utilizando altas velocidades de obturación. Pero como siempre en estos casos, el contraste entre luces y sombras daba como resultado imágenes poco favorecedoras.
Fue a última hora, en ese momento que en fotografía ha dado en llamarse la "hora mágica", cuando la luz se vuelve dorada y el contraste se atenúa, cuando este pequeño grupo de ánades frisos (Mareca strepera) decidió abandonar la charca para continuar su viaje migratorio. (Clik en la imagen paras verla más grande)
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| Ánades frisos (Mareca strepera) (F:7.1,V:1/3.200s,ISO:200) |
