jueves, 10 de octubre de 2013

ADIÓS A LAS RANAS

                             Desde principios de primavera hasta entrado el otoño, se puede oír esporádicamente el característico canto de la Rana de San Antón (Hyla arborea), cuya procedencia exacta es más difícil de determinar a medida que nos aproximamos. Esta peculiaridad que comparte con algunas otras especies animales, les serviría para evitar su localización por parte de los depredadores en el único momento en el que su presencia se hace patente; cuando cantan.
         Este sonido, es uno de los pocos indicios que delata la presencia de este discreto y mimético animal, que como sucede con otros miembros de su mismo orden, es cada vez más escaso en nuestros campos y bosques.


Hyla arborea y flor de épatica.
     Rana de Sán Antón (Hyla arborea)    ( F:8, V:1/50, ISO: 100 )
                                         
         Los anfibios, por su fisiología, forma de reproducción y por la permeabilidad de sus delicadas pieles, son especialmente sensibles a las alteraciones en su entorno y la contaminación de las aguas, por lo que están considerados indicadores de la salud de los hábitats que ocupan.
         La exposición de las larvas a niveles excesivos de radiación ultravioleta, y a sustancias químicas disueltas en el agua que actúan como hormonas y producen mutaciones, están haciendo que  cada vez con más frecuencia sean  encontrados ejemplares con malformaciones y alteraciones genéticas que los incapacitan para la reproducción. Y esto está sucediendo a una velocidad alarmante y a nivel global.
       Algunos científicos, ante la inminente desaparición de al menos la mitad de las 6.000 especies de anfibios conocidas, avisan ya de  que en breve asistiremos a la que será la  mayor extinción de especies  en el planeta desde la era de los dinosaurios.

                                                                     
Hyla arborea
         Rana de San Antón (Hyla arborea)   ( F:18, V1/20, ISO: 100 )

No hay comentarios:

Publicar un comentario