domingo, 25 de diciembre de 2016

EN LA TORMENTA

                                   Cuando decides ganar en altitud cargando con todo el equipo, sabes que en el ascenso irán quedando atrás, junto con la vegetación, los lugares donde es más posible que se den ocasiones fotográficas, porque la cima de las montañas son lugares secos pedregosos y poco acogedores para la vida.
             A cambio, la ausencia de seres humanos a esa altitud, hace que los animales que viven allí, muestren un grado de alerta inferior al de los animales que viven más abajo donde la presencia humana es más previsible.
           
           Las vistas desde allí arriba casi compensaban la paliza, pero si además se podía conseguir alguna imagen que llevarse a la tarjeta, mejor aún.
           Aquella gran tormenta crecía en el horizonte mientras se acercaba rapidamente arrastrada por el viento. Al mismo tiempo, a cierta distancia una columna de buitres giraba en círculos sin ascender, lo que indicaba la presencia de algún animal muerto más abajo.

          De vez en cuando, en sus giros  alguno se aproximaba a mi posición, pero no lo bastante. Y según iban pasan los minutos la luz entre los nubarrones que ya eran enormes, disminuía en cantidad pero ganaba en calidad por momentos.

          La cuenta de segundos entre relámpago y trueno iba descendiendo: diez... siete...cinco y siguió así  hasta llegar a....ninguno.  Pero  con el sentido común puesto en "Pausa" decides apurar unos minutos más en espera de una oportunidad que quizá no se produzca, e ignorar lo poco aconsejable de estar con una gran tormenta a cien metros sobre ti, en la cima de una montaña y teniendo entre las manos un chisme electrónico en "on".

          Un minuto más y el universo va y te lo concede: Uno de los buitres abandona la trayectoria del resto y viene a pasar enfrente por debajo de donde estoy, en el momento en que la luz encuentra un hueco entre aquel gris apocalíptico  y..... tachan!!!.

          Sin ni siquiera mirar el resultado en la pantalla, recoger precipitadamente e iniciar un descenso que acabó siendo casi subacuático, rezando para que el agua no llegara al equipo y al menos una de las cuatro fotos estuviera enfocada.     (Clik en la imagen para verla más grande).

Buitre leonado en vuelo
Buitre en la tormenta (F:7.1,V:1/1000,ISO:250)



3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Locura. Eso es. Y generalizada, cada uno en su modalidad. En la historia de la especie seguro que la mente humana nunca ha estado tan mal y sólo estamos aún en los primeros giros de la espiral descendente...
      Gracias David por tu visita y tu comentario.

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