Siendo un lugar que desconocía, lo más normal hubiera sido utilizar la linterna. Pero si ya de por si, un ser humano de día en la naturaleza es un elemento ajeno y perturbador. De noche con una luz, es todo un alienígena. Y por muy sigiloso que camine, está anunciando su presencia en kilómetros, con la alteración que eso conlleva para los animales que ya duermen, o los que inician a esas horas su búsqueda de alimento.
Por eso sólo utilizo la linterna si es absolutamente necesario. Y además, la vista incluso con muy poca luz de la luna, consigue adaptarse a la oscuridad, casi siempre lo suficiente.
Así bajaba, intuyendo el pequeño sendero de caballos, escuchando el canto de los cárabos y teniendo uno de esos diálogos mentales con el universo (más bien monólogos, porque nunca me contesta de forma audible...). Que consistía más o menos en esto: "Después de todo, ¿no crees que ya me merezco conseguir la foto de un ciervo en la que se vea algo más que su cabeza?. A ver si la próxima vez..." .
Unos 10 minutos después, incluso sabiendo por experiencia que estas cosas aunque muy de vez en cuando; suceden. Por un instante dudé si lo que tenía delante era real.
Allí, en una colina sobre el sendero, enmarcado por las copas de pinos jóvenes y recortándose sobre ese nunca mejor dicho igneo cielo crepuscular, la silueta perfecta y completa de un gran ciervo macho.
El efecto era tan irreal, que por un segundo, antes de verlo moverse, llegué a pensar que se trataba de alguna valla publicitaria poco original y fuera de lugar, y tal como está el patio, todo era posible.
Ya no se veía para montar el equipo y si usaba la linterna, no habría ninguna opción, así que lo hice a tientas sabiendo que había muy pocas posibilidades de que aguantara sin marcharse, pero había que intentarlo.
El me estaba oyendo, porque en el minuto que necesité para tener todo listo, aunque se desplazó unos pasos, no dejó de mirar fijamente hacia mi. Creo que no consiguió identificarme como una amenaza, porque en esa penumbra y sin luz artificial, no podía tratarse de un humano.
Dos fotos y, se marchó caminando lentamente hacia el otro lado de la colina.
Continué el descenso feliz por haber podido aprovechar aquella oportunidad tan extraña como inesperada. Reflexionando sobre estas increíbles "casualidades" que no lo son en absoluto.Y también agradecido con "la organización" de todo esto, que además de un poder incomprensible, tiene también mucho sentido del humor. La próxima vez, recordaré ser más preciso y pedirle que además; sea con buena luz.... (Clik en la imagen para verla más grande).
Ciervo ibérico en el crepúsculo (F:7.1,V:3s,ISO:200) |
Hace mucho que no entraba por aquí. Me alegra ver que sigues motivado y colgando unas fotos de escándalo. Un abrazo, algún día de estos nos vemos.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí otra vez.
ResponderEliminarSi, motivado, aunque relativizando ya un poco con esto y dedicándole algo menos de tiempo. Gracias por tu comentario Fernando. Nos vemos.
Un abrazo.
Enhorabuena, vaya pedazo de foto ... estoy asombrado. eres un crack.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado tanto. Un crack !!?; Seguro que todos lo somos en algo, se trata de acertar con que. Creo que casi siempre es con lo que nos apasiona. Muchas gracias Alvaro por tu comentario.
ResponderEliminarVaya foto tan preciosa!. Enhorabuena, de verdad.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarMe encanta la foto y como has narrado está.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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