Hasta que apareció mi sobrinico, todo entusiasmado diciendo "tio mira que mantis!!!".
Eso viniendo de un chavalín que a pesar de tener una curiosidad insaciable por todo, incluida la naturaleza, desde muy pequeño, por negligencia en un sector de su entorno, a pasado demasiado tiempo jugando con aparatos electrónicos. Como no podía ser de otra manera, hizo que mereciera toda mi atención.
Aunque el calor a esa hora era casi insoportable y la luz por exceso pésima para fotografiar, había que darle a aquello toda la trascendencia que merecía. Así que a montar el equipo y a demostrarle qué es lo verdaderamente importante, haciéndole ver que aquel pequeño y frágil animal podía ser durante unos minutos también para mi, el centro del universo.
La elección del lugar, resultó ser muy adecuada. El problema con la luz excesiva y unilateral, quedó resuelto por el entorno casi blanco de roca caliza, que actuaba como un difusor atenuando tanto las sombras, que parecía que la planta y el sujeto estuvieran dentro de una caja de luz. Y este fue el resultado; quizá la foto de mantis más bonita que he hecho.
Aquella, como ser vivo que era, no podía tener dueño y siguió con su vida salvaje de mantis, pero esta Marcos, aunque hecha de píxeles, es tuya para siempre. (Clik en la imagen para verla más grande).
Mantis religiosa (F:2.8,V:1/1250s,ISO:100) |
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