Hay tanto interesante en la naturaleza, que una vida resulta demasiado poco como para dedicarle a todo ello el tiempo que se merece.
Es fácil dejarse cautivar por la belleza impresionante y las portentosas adaptaciones de aves y mamíferos. Pero en el monte, a ras de suelo, hay un universo casi desapercibido, poblado por seres tanto o más asombrosos.
Cuando fotografío muy de cerca mantis religiosas, muchas veces tengo una extraña sensación, por lo desconcertante que puede ser la actitud de estos insectos. Estás a unos pocos centímetros de ellos y parecen ignorarte, vuelven su cabeza en cualquier otra dirección, como si no estuvieras allí. Mueves la mano para atraer su atención y que miren a cámara y, nada.
Con suerte, aún no sé porqué, de pronto giran su cabeza y te clavan esa extraña mirada alienígena, para segundos después volver a mirar hacia otro lado.
Seguramente tiene que ver con la anatomía de sus ojos, que aunque muy extraños, tienen esos puntos oscuros que recuerdan a una pequeña pupila humana. Creo que por eso, siempre que nuestras miradas se cruzan, tengo la misma sensación de estar ante un ser inteligente. Espero que esa sensación sea reciproca :). (Clik en la imagen para verla más grande) (Incluida en: https://vimeo.com/489030942 )
Mantis religiosa (F:7.1,V:1/125s,ISO:100) |
Espectacular animal. De crío me gustaba cogerlas del tórax para observarlas de cerca. También llamaba mi atención esa pupila imaginaria de su vista tridimensional. Aunque la pusieras en la posición que fuera, daba la impresión de que te observaba desde todos los ángulos imposibles.
ResponderEliminarSaludos.
Nos creemos la obra culmen de la creación, pero basta que comparemos por ejemplo nuestra capacidad visual, con la de los ojos compuestos de cualquier insecto, que aún casi no llegamos ni a entender. Para ver lo ridículo de nuestro antropocentrismo.
ResponderEliminar