Más o menos once meses antes, en este mismo claro del bosque había visto a una hembra de corzo acompañada por sus dos pequeños corzinos de tan sólo unas semanas, que a penas se sostenían sobre sus delgadas patas, eran los más pequeños que había visto hasta entonces. Pensé en las pocas posibilidades de sobrevivir que tenían en sus primeros meses de vida tan expuestos como están a esa edad a innumerables peligros dentro del bosque
Un año después, en el mismo lugar, ya independizado de su madre, apareció este joven macho de corzo, que seguramente era uno de aquellos dos pequeños de la primavera pasada.
Me alegró mucho comprobar que quizá al menos uno de ellos había conseguido sobrevivir al invierno, a los cazadores y a sus depredadores naturales, pudiendo cumplir su primer año de vida.
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Corzo joven (Capreolus capreolus) (F:7,1,V:1/200, ISO:400) |
preciosa toma del corcino la que nos muestras; se le ve jovencico. Tuvo que ser un reencuentro muy bonito, me alegro mucho. un abrazo Fermín
ResponderEliminarSi, realmente fue algo emotivo.
ResponderEliminarTambién puede que no fuera uno de aquellos dos pequeños que vi un año antes, pero yo prefiero pensar que sí.
Gracias Peio por tu visita y tu comentario. Un Abrazo.