Minutos antes su actividad era incesante, pero bastó que un nubarrón de tormenta ocultara el sol durante un rato, para que al contrario que le sucediera al personaje mitológico, este Ícaro, por ausencia de radiación solar enseguida fuera perdiendo su capacidad de volar teniendo que ir a posarse entre las altas hierbas del prado. (Clik en la imagen para verla más grande
Polyommatus icarus (F:2.8,V:1/1250,ISO:100) |
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