Ya sólo por sus cualidades de resistencia, una telaraña, es un prodigio de la naturaleza en si misma. Se ha podido comprobar que esta seda, a igual grosor es más resistente que el cable de acero.
A veces, bajo determinadas condiciones de luz y climatológicas, también acaban siendo las telarañas un prodigio estético.
Poco después del amanecer, la luz del sol incidía en las gotas de rocío atrapadas, haciéndolas parecer una extraña galaxia de pequeños y líquidos planetas. (Clik en la imagen para verla más grande).
Telaraña, rocío y flores de brezo (F:9,V:1/250s,ISO:200) |
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