Hoy, acompañando esta imagen os voy a contar algo relacionado con personas que sucedió unos minutos después de conseguirla y que contra todo pronóstico me hizo acabar el día con una ligera sensación de esperanza en la especie humana.
Este día, había sido uno más de esos en los que por haber alcanzado tan alto grado de frikismo, había dedicado horas y horas a esperar escondido, en unas condiciones aceptables sólo para alguien incapaz de relativizar con todo esto. Y además, para volver sin una sola foto.
De regreso, unos pocos metros después de haber comenzado el descenso, al superar una loma, me encontré muy cerca a esta hembra de corzo.
La sorpresa fue mutua. Por lo temprano de la hora, no esperaba que los corzos estuvieran ya activos y fuera del bosque. Y ella, creo que no esperaba ser interrumpida por un "bicho" que venía de más arriba.
En el aproximadamente minuto y medio que permaneció así, mirándome inmóvil, intentando identificar la especie de aquel extraño bulto medio escondido tras la escasa vegetación interpuesta, me dio tiempo a montar muy despacio el objetivo evitando cualquier sonido metálico y hacerle dos fotos.
El sonido de la cámara, que no se correspondía con el de ninguna de las especies a las que estaría acostumbrada, como zorros o jabalíes, la hizo ponerse en movimiento. Sin mucha prisa, por no haberme identificado como un claro peligro, pero sin perderme de vista, hasta ocultarse en el bosque cercano, de donde estoy seguro que volvió a salir al poco rato para continuar con su actividad.
Aproximadamente un kilómetro más abajo, me encontré en el camino con un grupo de jóvenes (18-20 años) que subían comunicándose a gritos con otro grupo que iba unos cientos de metros por detrás.
Cuando nos íbamos a cruzar, dudé de si decirles nada, más allá del saludo. Pero había que intentarlo, aunque fuese para confirmar que como especie no hay solución y que todo está perdido.
La conversación fue así de breve: - Hola.
- Hola.
- ¿Puedo haceros una sugerencia?.
- Si.
- Seguramente desconocéis, que aquí, a esta hora, al anochecer, hay cantidad de animales que después de pasar el día escondidos de nosotros, salen a comer. Esta es su casa y no tienen otra. Y vuestros gritos, los están poniendo en alerta en kilómetros alrededor, impidiéndoles salir incluso durante horas después de que vosotros os hayáis marchado. ¿Podríais por favor no gritar y mejor aún, si puede ser, que habléis en voz baja?.
No sabía muy bien que esperar como respuesta, porque tratándose de humanos, cualquier cosa era posible.
Uno de ellos dijo entonces - Es verdad...!!!.
Otro añadió enseguida: - Y además así igual hasta podemos verlos...!!!.
Añadí: - Eso es. Y si recordáis hacerlo siempre que estéis en el monte, vuestra experiencia va a ser mucho más interesante. Muchas gracias. Hasta luego.
Así de simple. Aquellos chavales, estaban en el monte comportándose como si estuvieran en el parking de una discoteca, no por maldad, sino porque seguramente nunca nadie, ni sus padres, ni sus educadores, les habían hecho ser conscientes del respeto que se merecen la naturaleza y sus moradores. (Clik en la imagen para verla más grande)
Corza (F:7,1,V:1/60s,ISO:250) |
Buena foto y buen texto, la verdad es que a la gente joven le falta algo de educación, pero por lo menos al decirles algo lo entienden y aceptan,. Un diez para ti.
ResponderEliminarHola Alvaro!!.
ResponderEliminarEn este mundo extraño que estamos creando, las calificaciones académicas parecen ser lo único importante cuando se trata de la formación de los más jóvenes, pasando a ser algo como poco secundario, la educación en valores imposibles de cuantificar. Una lástima, que esa formación parcial que imparte el sistema, lo sea así con el objetivo de asegurar su propia perpetuación en la mediocridad.
Gracias Alvaro por tu visita y tu comentario.