Hay algunas especies de flores aún más tempranas. Esas que son capaces de convivir con el hielo y la nieve en los últimos días del invierno, ya han terminado su floración cuando estas aparecen.
Ese color amarillo intenso, a veces casi dorado, es el preludio de la floración inminente de las demás especies que necesitan una climatología más cálida y estable.
Allí, en el mismo lugar, una vez más renacida, esta prímula dirigía sus flores recién estrenadas hacia el sol que con dificultad llegaba hasta ella entre las sombras de los grandes árboles.
Siempre es una alegría encontrarlas, porque su llegada es como el presagio de que por este año, los tiempos de penurias han terminado para los habitantes del bosque. (Clik en la imagen para verla más grande).
Prímula veris (F:2.8,V:1/125s,ISO:100) |
Preciosa desde luego que lo es, y te ha quedado en su punto de luz para apreciar esos bonitos amarillos.
ResponderEliminarUn saludo.
Namasté.