Este difuso momento de transición entre luz y oscuridad es el preferido por los corzos.
Por mucho que supuestamente conozcas sus hábitos y querencias, siempre es una lotería ir a intentar fotografiarlos.
Algunas pocas veces aparecen cuando y por donde estaba previsto. Pero otras, se retrasan en ese estrecho margen de minutos en el que la luz rápidamente se va extinguiendo y cuando salen del bosque ya no hay suficiente para fotografiarlos.
Las más de las veces, un ligero movimiento del aire en la dirección inadecuada, basta para que ni siquiera llegues a verlos.
Esta hembra apareció muy tarde, pero aún hubo luz suficiente.
Siempre me resulta curioso ver comer a estos animales. A diferencia de otros herbívoros que como un cortacesped consumen indiscriminadamente la vegetación que encuentran a su paso, los corzos son extremadamente selectivos en su alimentación, escogiendo meticulosamente de una en una cada hoja de hierba. (Clik en la imagen para verla más grande).
Corza comiendo (F:7.1,V:1/30s,ISO:400) |
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