Esos cortos paréntesis de desconexión de sus sentidos cuando están tranquilos, seguramente dan el descanso que necesita un sistema nervioso, sometido al ingente trabajo del permanente estado de alerta.
Casi anocheciendo, esta corza había salido del bosque para alimentarse. El lejano grito de alarma de un ave -los corzos los reconocen todos- la hizo permanecer un rato así, con todos sus sentidos centrados en aquel leve pero para ella significativo sonido.
Cuando la alarma cesó, ella siguió alimentándose y, la noche fue cubriéndolo todo. (Clik en la imagen para verla más grande).
Corzo hembra (F:7.1,V:1/8s,ISO:400) |
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