Tres factores como son: cambio climático, pérdida del hábitat y la enfermedad producida por el hongo Batrachochitryum dendrobatidis (Bd) que se dan conjuntamente en algunas regiones del planeta donde existe la mayor diversidad de estos animales, amenazan con hacer desaparecer para siempre cientos de estas especies.
Si siempre ha sido una suerte para cualquiera que tenga un huerto o un jardín contar con la discreta y benéfica presencia en él, de algún sapo. A medida que con los años estos animales, para muchos de aspecto repugnante -habría que saber que piensan ellos del nuestro-, son cada vez más escasos, más que una suerte, su proximidad es ya un raro privilegio.
Una de esas también cada vez más escasas tormentas de verano, justo al anochecer, fue el detonante para la eclosión simultánea de varias puestas de huevos de sapo común.
Por unos segundos el suelo parecía hervir con aquellos cientos de pequeños cuerpecillos de menos de un centímetro, saltando en todas direcciones.
Este había caído dentro de una gran gota de agua sobre la superficie de una hoja y permanecía así de tranquilo, como sintiéndose protegido por el líquido del que parecía formar parte. Quizá le recordaba el del interior del huevo del que acababa de salir. (Clik en la imagen para verla más grande).
Sapo común recién nacido (Bufo bufo) (F:11,V:1/125s,ISO:100) |
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