miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL MAESTRO DE LA GRAVEDAD

                        A lo largo de los años, he podido ver bastantes vuelos de caza en picado de halcón peregrino y siempre he tenido la misma sensación de haber presenciado algo de lo más extremo que puede verse en la naturaleza.
         Cuando tienes la suerte de que una de estas aves, después de haberse elevado en una térmica girando en círculos, te pase por encima a pocos metros iniciando uno de sus increíbles picados, no son muchas las posibilidades que hay de conseguir meterlo en el encuadre y menos aún, de que pueda quedar enfocado con precisión, moviéndose como en este caso en una trayectoria de aproximación quizá a más de 80 km/h.
         Todo fue rapidísimo. Si hubiera perdido un sólo instante pensando en la cámara, el disparo, lo difícil del encuadre, etc, lo hubiera perdido.  Creo que lo conseguí porque sólo hubo actos reflejos que se sucedieron de forma rápida y fluida sin interferencia del pensamiento: mirar, encuadrar, pulsar.
          El de la imagen, es un macho subadulto (en su primer año) de halcón peregrino, el animal más veloz del planeta en vuelo picado. Después de su primera muda, ese moteado marrón oscuro del pecho, será sustituido por franjas horizontales gris oscuro sobre fondo blanco que es el plumaje característico de los adultos.
          Aquí veis como en esa fase inicial del picado, las plumas de sus alas ya han empezado a solaparse unas sobre otras dándole ese aspecto agudo aerodinámico. Dos segundos después, tras unos rapidísimos aleteos de aceleración, las acopló por completo al tiempo que pegaba la parte más ancha de las alas al cuerpo. Entonces su velocidad seguramente superaba ya los 200 km/h. que aunque pueda parecer mucho, quizá sea la mitad de la velocidad de los picados más rápidos que he tenido la suerte de ver.
         Asombra esa mirada de absoluta concentración clavada en el objetivo.
         El ataque fue sobre un zorzal y fallido, como la mayoría de los intentos de caza de los depredadores, incluso los de los super especialistas como este.
         En el nombre científico de este ave, están contenidas dos de sus características: peregrinus, por viajero, ya que muchos de los individuos nórdicos migran cada invierno a latitudes más meridionales. Y Falco que según parece deriva de la palabra Falx que era una antigua herramienta en forma de hoz, a la que se asemeja su silueta en vuelo de ataque. De esa misma raíz procede el nombre de Falcata, la espada curva de los antiguos pueblos Iberos.

Halcón peregrino joven
Halcón peregrino subadulto (Falco peregrinus) ( F:7,1, V: 1/800, ISO: 250)
       

1 comentario:

  1. Menudo privilegio haber disfrutado de este "proyectil alado de la forma que tu lo has hecho. Muy buena! Un saludo

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