lunes, 15 de diciembre de 2014

EL GLADIADOR DEL BOSQUE

                         No es frecuente que los corzos se aventuren en campo abierto antes de que las sombras de última hora de la tarde se hayan adueñado del paisaje. Por eso me extrañó ver a este gran macho al medio día de un caluroso día de Agosto saliendo del bosque principal para después de cruzar una finca recién cosechada, adentrarse en una espesura secundaria al borde de los campos de cultivo.
          Como si se hubieran citado allí, unos pocos segundos después, vi a una hembra descendiendo por una empinada ladera para dirigirse al mismo sitio.  Entonces caí en la cuenta, de que era época de celo de esta especie, lo que explicaría en parte esa actividad a horas tan desacostumbradas.
          Ya en casa, al revisar detenidamente la foto, me fijé en la gran cicatriz que marcaba su costado. Se podía apreciar que la herida sólo había afectado a la piel. Por su forma y localización, yo diría que fue producida en una de esas violentas peleas que en época de celo se dan entre machos rivales y que cuando son entre ejemplares muy igualados, pueden llegar a ser, a muerte. Lo que demuestra que esas agudas "dagas" que portan sobre sus cabezas, no son de adorno.

Corzo (Capreolus capreolus)
Corzo macho (Capreolus capreolus) (F: 7,1,V:1/640, ISO:200)

1 comentario:

  1. Se ve que es un buen ejemplar por las cuernas. Bonito momento el vivido. Buen trabajo, un saludo

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