domingo, 5 de julio de 2015

CIERVO VOLANTE

                         
                      Habrá quien piense (en su ignorancia), que un bosque sano es el que está formado exclusivamente por árboles vigorosos en perfecto estado.
           Eso es así también en los sueños de los mercaderes tanto de lo privado como de lo público, para quienes el valor del bosque está únicamente en función del beneficio económico que se puede obtener por su madera y para los que un árbol muerto es algo indeseable que hay que eliminar lo antes posible atendiendo a quien sabe qué razones "fitosanitarias".
             Lo preocupante, es que la realidad de los bosques caducifolios (robledales, encinares, hayedos...) cada vez se está pareciendo más a ese aberrante sueño. Con el resultado final de un paisaje desprovisto de la nota de carácter que aportaba en ellos la madera vieja, que además suponía una pieza clave en el adecuado funcionamiento de los complejos procesos biológicos de autoregeneración forestal.
             La biología de este gran escarabajo (Lucanus cervus), está ligada indisolublemente a la salud de los bosques autóctonos de hoja caduca que constituyen su hábitat, donde durante su prolongado estado de larva que puede durar hasta 5 años, se alimenta de la madera en descomposición en el interior de los viejos troncos muertos, que son tan importantes como los vivos para la verdadera salud de un bosque.
             La destrucción de los bosques autóctonos y su sustitución por otros de coníferas. La urbanización de áreas forestales. Y las modernas técnicas de aprovechamiento forestal, mediante las cuales la madera muerta es eliminada, para conseguir un bosque "limpio", "ordenado" y sobre todo "productivo", están suponiendo para insectos como este y multitud de otros valiosos organismos, la desaparición de su única posibilidad de sobrevivir.
             A última hora de un caluroso día de verano, el característico zumbido grave del vuelo de este gran macho de ciervo volador, precedió a su aparición saliendo del bosque para ir a posarse sobre los restos de un viejo roble caído junto al camino. Con el equipo ya guardado, tuve que darme prisa en montar todo de nuevo para conseguir algunas imágenes antes de que alcanzara el final de la rama seca por la que trepó hasta su extremo, para desde allí volar de nuevo hacia el interior del bosque.

Ciervo volante macho (Lucanus cervus)
Ciervo volante macho (Lucanus cervus) (F:14,V: 1/60, ISO:200)

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