En el tiempo que permanecieron allí, a pocos metros, pude apreciar la diferencia de tonos de sus plumajes, que permite conocer su edad con cierta aproximación.
Cuando los demás, fueron abandonando la roca para elevarse en las corrientes térmicas e ir en busca de alimento, quedó allí este.
Su color, la forma de sus plumas coberteras, ese resto de plumón en el ala y su indecisión para lanzarse al vacío, hacían evidente que había llegado hasta allí en uno de sus primeros vuelos tras abandonar el nido.
Cuando después de muchas dudas por fin voló para unirse a los que giraban en círculos sobre él, entre los que seguramente se encontraban sus padres, me sentí afortunado de haberle visto en lo que espero que fuese para él el inicio de una larga vida recorriendo el cielo.
Buitre leonado joven (Gyps fulvus) (F:7,1,V: 1/500s,ISO:200) |
Precioso
ResponderEliminar