Y todo se produce ahí, dentro de ese molde de quitina, ahora vacío y atravesado por la luz, en el que un organismo, en este caso una cigarra, fue por un tiempo, una sopa de células que tuvo que reorganizarse de forma casi mágica, para convertirse en algo muy diferente a lo que era, sin dejar de ser lo mismo. (Clik en la imagen para verla más grande).
Exoesqueleto de cigarra tras la metamorfosis (F:10,V:1/160s,ISO:200) |
Pues si el milagro de la vida, y hasta que el hombre no hago lo mismo seguirá siendo un simple mortal.
ResponderEliminarBonita toma y reflexión.
Un saludo.
Namasté.