jueves, 7 de noviembre de 2013

EL CENTINELA DEL BOSQUE

                          Es prácticamente  imposible permanecer un rato en el bosque sin que aparezca una de estas pequeñas aves observándonos a corta distancia como movido por una inquisitiva curiosidad, llegando a aproximarse algunos individuos  hasta poco más allá del alcance de la mano.
         Se podría  pensar, que el petirrojo a diferencia de la mayoría de aves que huyen del ser humano, tendría un cierto apego o simpatía por nuestra especie. Pero creo que no es el caso, y que a  este comportamiento subyace  un mecanismo innato, que se habrá desarrollado en su evolución como especie cohabitando con corzos y jabalíes y cuyo fin sería, aumentar sus posibilidades de supervivencia.
          El petirrojo seguramente sabe por instinto que es bueno para él acercarse allá donde oiga ruido de pisadas en el bosque, porque eso indica la presencia de un gran mamífero dentro de su pequeño territorio forestal, que a su paso removerá la hojarasca dejando al descubierto los pequeños insectos de los que este pájaro se alimenta. Y  además de eso, esta proximidad a un animal grande, tendría un efecto disuasorio disminuyendo  las posibilidades de ser atacado por el gavilán que es su principal depredador.

Petirrojo (Erithacus rubecula)
Petirrojo ( Erithacus rubecula)      F: 7, V: 1/200, ISO: 100

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