jueves, 10 de abril de 2014

RENACER

                            Pocas imágenes de la naturaleza son tan tristes como la de un bosque  devastado por el fuego.
             Toda una comunidad de seres interrelacionados, desde los microorganismos, hasta los superdepredadores, pasando por una interminable lista de formas de vida que han podido tardar cientos de años en llevar a una masa forestal al perfecto equilibrio y al máximo de su productividad biológica, desaparecen en unas pocas horas cuando las llamas lo arrasan todo.
             Aunque es asombrosa la capacidad que tiene la naturaleza si se le da tiempo para curar sus heridas y regenerarse, que un bosque recupere el esplendor que tuvo antes de haber ardido, puede ser cuestión de siglos.
             Este viejo tronco calcinado hace décadas, se mantenía aún en pié en medio de un bosque nuevo que había ido surgiendo a su alrededor (al fondo), como queriendo dar testimonio de la tragedia olvidada ya, de la que un día fueron víctimas él y cuantos le rodeaban.
             Esa hiedra parecía querer darle un verdor, que para él ya nunca será  posible....

Tronco calcinado y hiedra
Tronco calcinado y hiedra (F:5´6, V:1/60, ISO:100)

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