jueves, 3 de junio de 2021

VIVIENDO EN EL SIGILO

                                         Sólo cuando la luz es muy escasa, el silencio en el monte absoluto y, el movimiento del aire nulo. Se dan las condiciones en que las liebres abandonan su encame diurno, para lenta y sigilosamente dirigirse a los lugares en los que alimentarse.

                   Nunca estos animales han llegado a ser abundantes por la presión a que están sometidos por sus depredadores naturales, que son casi todos los carnívoros. Pero sumándose a eso en las últimas décadas, sucesivos envenenamientos masivos por pesticidas agrícolas. Y las posteriores epidemias, seguramente relacionadas con lo anterior, que ya habría dañado su sistema inmunitario, han llevado casi a la desaparición de esta especie en regiones enteras. Eso convierte en un privilegio cada vez más escaso poder ver una de ellas. Y más aún fotografiarla.

                 Faltaban sólo unos pocos minutos para que la luz fuera del todo insuficiente, cuando apareció en el lugar previsto. 

                 Después de un largo rato mirando en todas direcciones con esos grandes ojos adaptados a la visión nocturna. Y con sus enormes orejas levantadas intentando captar cualquier sonido que delatara la presencia de un depredador, por fin relajó un poco su estado de máxima alerta y adoptó esa postura compacta para hacerse menos visible.

               En estos casos, siempre me cuesta hacer la primera foto, temiéndome que el ruido del disparador los asuste. Pero si has hecho las cosas bien, el resultado es como en este caso, que oyó perfectamente el disparo de la cámara, pero después de comprobar que nada había de peligroso en aquel "arbusto"; por fin empezó a comer. Eligiendo meticulosamente de entre todas las hierbas, las hojas de trébol.

               Sólo cuando puedes observar así de cerca a uno de estos animales y, compruebas el infinito sigilo y cautela que rodean sus vidas, eres consciente de a cuantos peligros están expuestos y lo difícil que puede llegar a ser su supervivencia.

                Aunque cuando cayó la noche, ella ya estaba lejos en el otro extremo del claro. Esperé media hora más antes de recoger, para asegurarme de no molestarla. Es lo menos que puedes hace cuando estás en casa ajena... (Clik en la imagen para verla más grande)             

Liebre (Lepus europaeus) (F:7.1,V:1/30s,ISO:400)

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