martes, 27 de febrero de 2018

EL GUARDIÁN DE LOS ESCARAMUJOS

                              Por mucho que creas conocer las costumbres y querencias de los animales, la naturaleza nunca es del todo previsible. Por eso aquella tarde cuando decidí esconderme al borde del bosque a esperar la posible salida de los corzos al anochecer, sabía bien que eso iba a suceder; o todo lo contrario. Y acabó siendo lo segundo.
              Durante un buen rato antes de que la luz se extinguiera, ese petirrojo estuvo cazando insectos lanzándose al suelo a por ellos una y otra vez desde las ramas de aquel rosal silvestre.
              Se mereció la foto por haber sido en aquella infructuosa espera, una pequeña, discreta y agradable compañía. (Clik en la imagen para verla más grande).
           
Petirrojo y rosal silvestre
Petirrojo y frutos de rosal silvestre (F:7.1,V:1,3s,ISO:100) 

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