martes, 27 de noviembre de 2018

OTOÑO INABARCABLE

                                  Si de los tipos de fotografía que puede hacerse, la de guerra sería la más arriesgada. La de naturaleza en mi opinión es la más difícil, porque en ella las condiciones y el sujeto siempre son incontrolados. Eso es muy evidente cuando se fotografían animales, que rara vez permanecen estáticos.
              Pero incluso cuando se fotografían organismos naturales inmóviles, se afrontan otro tipo de dificultades.
              La enorme capacidad del ojo humano para captar los detalles al mismo tiempo en las altas luces y en las sombras más oscuras, es algo inalcanzable para cualquier cámara fotográfica existente, por lo que las imágenes obtenidas en escenas de alto contraste, solamente son una leve aproximación  a la realidad.
              Si a eso se añade la exigua parcialidad espacial del encuadre, siempre resulta frustrante intentar contener en una imagen todo lo que estàs viendo.
             
               Aquel día, el espectáculo estaba principalmente en las copas de las hayas que ya habían iniciado su transición de color otoñal. Cuando encontré en el suelo del bosque este hongo (Ramaria botrytis)  de aspecto muy semejante a algunos corales, no pude evitar intentar meter en una imagen aquellos dos mundos tan próximos y al mismo tiempo tan lejanos entre sí; el aéreo de la luz y, el terrestre de las sombras. (Clik en la imagen para verla más grande).

Hongo y hayedo otoñal.
Hongo Ramaria botrytis y hayedo (F:4,V:1/20s,ISO:100)

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