Después de esa exhibición de libertad y dominio aéreo del ave más veloz del planeta, tenerla allí delante, a unos pocos metros, relajada, acicalándose el plumaje durante largo rato en su posadero favorito, mientras parecía disfrutar del tibio sol de última hora de la tarde, fue uno de esos regalos que acaban compensando tantas horas de espera.
Alcotán descansando (F:7,1, V:1/125s,ISO:100) |
Fermin una foto buenisima, con una luz esquisita y bien compuesta de un bicho potente, un gran trabajo. Un saludo desde Zumaia.
ResponderEliminarSi, un ave difícil, poco provable volver a tenerlo así en unas condiciones tan favorables. Muchas gracias Josemaría por tu visita y tu comentario
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