domingo, 22 de marzo de 2020

EL MOMENTO DEL ÁGUILA

                                     El águila calzada (Hieraaetus pennatus), de contrastado plumaje blanco y negro, con un una envergadura de 130 cm, es la más pequeña de las águilas europeas.
                  Este ave rapaz, vuelve a aparece sobre nuestros bosques y campos en los primeros días de la primavera procedente de sus zonas de invernada en países subsaharianos: Mali, Mauritania, Nigeria...
                  Enseguida comienzan a reparar su nido del año anterior, o a construir uno nuevo en el mismo territorio y a sobrevolar el monte a gran altura para lanzarse en vertiginosos picados sobre sus presas, que suelen ser aves de pequeño y mediano tamaño, lagartos y pequeños mamíferos.
                  Si hay una rapaz además de buitres que pueda ser vista sobre cualquier calle de la ciudad, (y me refiero a Vitoria) es esta. Mientras los viandantes llenan las calles ocupados en sus quehaceres terrestres, a tan sólo unos metros sobre sus cabezas, en los tejados se escenifica  a diario el drama de la lucha por la supervivencia.
                  No han sido pocas las veces que he visto a estas águilas que nidifican en los bosques que rodean la ciudad, adentrarse sobre las casas a gran altura aprovechando los momentos más tranquilos del día, en las horas de comer o en fin de semana, para lanzarse en picado sobre estorninos, gorriones, urracas o palomas, en tejados y parques de la ciudad.
                   La reclusión obligada de los humanos en estas semanas, que para las aves urbanitas supone una enorme disminución de recursos, ya que buena parte de ellas se alimentan de nuestras sobras, Para las águilas calzadas se convierte en el maná que pone a su disposición, un artificial pero productivo cazadero donde abundan potenciales presas.
                  Normalmente el inicio de un picado de caza tiene lugar a cientos de metros de altura, muchas veces a más de un kilómetro en vertical, donde el ave llega a ser difícilmente visible y después la velocidad es tan alta que no es fácil fotografiarla.
                  Muchas veces he observado a estas aves en sus vuelos de caza en el monte. Con el tiempo acabas intuyendo como van a reaccionar y lo que está a punto de suceder sólo por pequeños cambios en su actitud en vuelo. Por eso cuando aquel día vi esta a una distancia aceptable, acelerando su vuelo horizontal de aproximación, enseguida dejé los prismáticos y cogí la cámara justo en el momento en que cerraba sus alas para convertirse en un meteoro dirigido al suelo.
                  Por cierto, como sucede la mayor parte de las veces; falló. Y un mirlo pudo vivir otro día. (Clik en la imagen para verla más grande)
               
Águila calzada volando en picado
Águila calzada (Hieraaetus pennatus) en vuelo de caza (F:7.1,V:1/1250s, ISO:200)

2 comentarios:

  1. Es un águila altanera y soberbia para el pequeño tamaño que tiene.
    Hace muchos años, en 1978, recuerdo como una pareja de cernícalos acosaron a una calzada que se aproximó a su
    territorio de cría. Los pequeños halcones se emplearon a fondo para increparla dándole afiladas pasadas en
    vuelos vertiginosos. La mediana rapaz los esquivaba y, perseveraba en su derecho al lugar. Sin embargo, al final
    claudicó, pero, se fue parsimoniosa escoltada por los enojados cernícalos.
    Saludos.

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  2. Cuanto alegra verlas en esos cálidos días de primavera haciendo su característico vuelo de exhibición a enorme altura sobre un bosque repleto de cantos de las diferentes especies de aves que inician su ciclo de reproducción.

    Saludos Javier.

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