Aún recuerdo que la primera vez que encontré una de ellas en el monte, sin conocerla, me pareció que algo de aspecto tan delicado, casi estaba fuera de lugar en aquel sitio y que quizá procediera de algún cultivo de jardinería que quién sabe como había llegado hasta allí. Pero no, era una planta silvestre.
A principios de primavera, cuando el suelo está empapado y las temperaturas nocturnas dejan de ser demasiado bajas, en brezales, turberas o cerca de zonas encharcadas, con suerte es posible encontrar formando pequeños grupos dispersos, algún ejemplar de esta esbelta planta.
Seis flores componían aquellae pequeña colonia, esparcidas en unos veinte metros cuadrados. Esta situada en un lugar prominente, permitió utilizando la mínima profundidad de campo, conseguir que destacara como merecía de un fondo muy desenfocado. (Clik en la imagen para verla más grande)
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| Fritillaria Pyrenaica (F:2.8,V:1/800s,ISO:100) |
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