miércoles, 30 de marzo de 2022

LO SAGRADO

                                   Una suerte que tienen los habitantes incondicionales del asfalto, que rara vez o nunca salen de su hábitat "natural", es que viven ajenos al desastre que silenciosa y casi inadvertidamente se está produciendo en la naturaleza, como consecuencia de los actos de una sola especie.

                  Si se tiene un poco de memoria y perspectiva temporal, basta con volver a visitar después de varios años un viejo bosque de hayas, para comprobar que un gran número de los ejemplares más viejos e imponentes, o han muerto, o agonizan lentamente por no poder soportar los cada vez más largos períodos sin lluvias, como consecuencia del cambio en el clima.

                  Estos viejos árboles en si mismos son como una gran paradoja: siguen en pie, con sus cuerpos llenos de arrugas y cicatrices por una vida de siglos resistiendo a todo. Pero sobre ellos ahora se cierne una amenaza invisible a la que muchos  no podrán sobrevivir. 

                 Por muchas razones a las que ahora se suma esa paradójica fragilidad, cuando se está junto a uno de estos gigantes efímeros, es imposible no sentir que se está ante lo verdaderamente sagrado.(Clik en la imagen para verla más grande)

Haya y otoño(F:22,V:1,6s,ISO:100)

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