martes, 17 de octubre de 2017

EL QUE LA SIGUE...

                                      En varias ocasiones, he tenido la oportunidad de ver al menos fragmentos del comportamiento reproductivo de los corzos.
             La fase previa a la cópula en esta especie, consiste en una prueba de resistencia para el macho. Este, con el cuello estirado y la cabeza baja, en un lento y amplio galope ritualizado, persigue a la hembra dentro de una especie de circuito de tamaño variable, establecido en el centro de su territorio.
             El apareamiento tiene lugar cuando la hembra se deja alcanzar ya sea porque a comprobado las aptitudes físicas del macho para aportar buenos genes a su descendencia, o por puro aburrimiento, para acabar con una persecución que a veces parece interminable.
            Esto demuestra dos cosas: una, la sabiduría que encierran los refranes populares. Y otra, que entre los machos de corzo y de otras especies.., cuando se trata de este tema,  la ausencia de sentido de la dignidad es total.
           
            Este día, había estado observando, como en una pequeña ladera poblada de arbustos, este macho acosaba sin tregua a una hembra, durante casi una hora.
            Coincidiendo con la puesta de sol, la hembra había salido del bosque a comer, lejos de mi posición.
            Un rato después salió el macho cruzándome por delante mucho más cerca y,  se dirigió directamente hacia la hembra, para iniciar otra persecución que los llevó de nuevo al bosque y que acabaría ya entrada la noche.
            Me marché contento con la foto y deseándole suerte, que seguramente no necesitó, por lo cansino que era. (Clik en la imagen para verla más grande).

Corzo macho (Capreolus capreolus)
Corzo macho (Capreolus capreolus) (F:7.1,V:1/125s,ISO:320)

No hay comentarios:

Publicar un comentario