lunes, 2 de octubre de 2017

NATURALEZA VIVA

                          Hace unos días vi un pequeña pieza documental sobre macrofotografía extrema de insectos. En él se decía, que para obtener algunas de las imágenes que se mostraban, era necesario que el animal estuviera recién muerto, para conseguir aún la "vivacidad" en los ojos y la inmovilidad necesaria para hacerle los centenares de fotos que esa técnica requiere. Se decía también, que hay quien considera eso una inmoralidad.
               Siempre he pensado, que no se pueden hacer buenas fotos, sin pasión, fascinación, amor, o llámalo como quieras, por el sujeto fotografiado.
               Por eso yo diría que además de inmoral, es una aberración que alguien que seguramente tendrá también la poca vergüenza de llamarse fotógrafo de naturaleza, cuando lo es de naturalezas muertas, o sea de bodegones. Por alimentar su ego y disfrazándolo de pretensiones pseudoartísticas o científicas, llegue a ese extremo de desprecio por la vida de otro ser.
             
                Observé, que esta mosca cernidora (Episyrphus balteatus), alternaba fases de su característico vuelo estático, con breves descansos, siempre en la misma amapola.
                En casos así, el margen de tiempo con el animal relativamente inmóvil es tan pequeño que  muchas veces desistes de intentarlo, porque son mínimas las posibilidades de conseguir una foto aceptable. Esta vez hubo; para abreviar llámalo suerte. (Clik en la imagen para verla más grande).

Mosca cernícalo (Episyrphus balteatus)
Mosca cernidora (Episyrphus balteatus) (F:9,V:1/80s,ISO:100)

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